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viernes, 8 de agosto de 2014

Sequías e inundaciones: consecuencias del modelo extractivista

La sequía (que apenas comienza) era un hecho previsible, y hace tiempo sabíamos cómo evitar las  catástrofes ambientales. Pero se ha hecho poco porque el problema  no es simplemente climático: es un problema político.



Tomado de Razón Pública, 4 de agosto de 2014

 
Fenómeno conocido
Según el IDEAM, la sequía que estamos padeciendo  se prolongará hasta marzo o abril del año entrante y es consecuencia del fenómeno de “El niño”, que se encuentra en su fase inicial pero ya ha producido daños graves, especialmente en la costa caribe.

Según distintas fuentes, han muerto 15.000 reses en la Guajira y otras 32.000 en los demás departamentos de la costa. En la Mesa de los Santos se asfixiaron un millón de pollos y se han declarado 642 incendios forestales. Y estos daños ocurren cuando apenas comienza la sequía.
Pero el problema no está en el fenómeno climático en sí mismo, como afirman el presidente Santos y el alto gobierno. “El niño” viene siendo observado desde la época de la  Conquista española y se ha estudiado desde por lo menos los comienzos del siglo XX, de modo que hay constancia de su incidencia en varias ocasiones a lo largo de ese siglo.
 
Soluciones simplistas

Lo que hace devastadora esta nueva aparición de “El niño” es la vulnerabilidad creciente del territorio colombiano, resultante de la deforestación, desecación y contaminación de los ecosistemas que han acompañado al modelo de explotación económica y ocupación del territorio, modelo que además han reforzado las políticas oficiales, particularmente en los últimos gobiernos.  Leer más